La noche se endurecía entre los adornos de sus carámbanos. El niño observaba cómo se cuajaban los charcos.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Temblor de invierno» , del libro Cuentos agrios (pág. 113).
La noche se endurecía entre los adornos de sus carámbanos. El niño observaba cómo se cuajaban los charcos.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Temblor de invierno» , del libro Cuentos agrios (pág. 113).