Posiblemente, a estas alturas, alguno de ustedes habrá creído que Montblanc se me había quedado como acto fallido. No ha sido así, como puede verse. Ocurrió que, como saben, otras escrituras mías ocuparon mi tiempo. Al final, todo sigue su cauce literario normal.
Montblanc fue un viaje de finales de mayo. Supuso un buen aperitivo para el viaje que vendría después, Ávila. De todo lo que he visto hasta hoy, Montblanc y Ávila tienen los trazados medievales más parecidos.