Los dos empleados mantuvieron sujeta, en todo momento, a la vieja prostituta, que desprendía espumarajos cada vez que abría la boca.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 93).
Los dos empleados mantuvieron sujeta, en todo momento, a la vieja prostituta, que desprendía espumarajos cada vez que abría la boca.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 93).