Disponible mi adaptación al castellano actual de Milagros de nuestra Señora,
tanto en formato papel como en eBook.
Su dimensión en papel es de 14 x 21,5 cm.
Tiene 188 páginas.
Portada de la edición en papel de Milagros de nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, en castellano actual
MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA es la obra más significativa de Gonzalo de Berceo, clérigo secular del siglo XIII. La presente edición es una adaptación al castellano moderno realizada por el escritor barcelonés Antonio Gálvez Alcaide. Los 25 milagros y la introducción de Gonzalo de Berceo conservan la mayor parte de las rimas en cuaderna vía. MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA se inserta en la tradición de devoción mariana que se dio en Europa a lo largo del siglo XIII. Los hechos portentosos de la obra oscilan en una chocante mezcla de profunda ternura y de extremada violencia.
Si estas palabras las oye un redactor de La Publicidad, dirá, como decía ayer, que yo no tengo ni memoria ni lógica, y no tengo ninguna de estas cosas importantes, porque antes hablé del semitismo de los catalanes y el otro día dije que Barcelona es la forja donde se funden los ideales colectivos de la España del porvenir.
Yo no veo aquí la falta de lógica. Yo dije que en Cataluña había espíritu judío, y es verdad; yo lo sigo creyendo; este espíritu judío está en muchos comerciantes ricos catalanes, está en muchos de esos hombres que han empujado a España a una guerra imbécil en Melilla; está en los que, después de explotar a rincones desgraciados de nuestro país, han tenido la estupidez de desear que España desaparezca y de gritar muera España, como si se pudiera desear la muerte de un país noble y desgraciado.
Yo no he hablado nunca mal del pueblo de Barcelona; he hablado mal principalmente de sus magnates, de esos señores que han despedido a los soldados con un escapulario y una cajetilla; he hablado de sus intelectuales, que me han parecido pedantes, afectados, mezquinos, y he dicho que tienen espíritu judío; lo he dicho y creo que lo seguiré diciendo, si así me lo parece.
Que yo he afirmado en una novela mía que Prim se parecía a un bandolero y ahora alabo a Prim, dice La Publicidad. No; asegurado así es de mala fe.
En una novela mía un personaje lo dice; yo, no. Pero aunque lo dijera yo, yo no tengo inconveniente en admirar a un bandido. Entre un bandido y un gran comerciante, yo casi prefiero al bandido. El uno roba en el camino real y el otro roba con el libro de cuentas.
Fragmento perteneciente al libro de Pío Baroja, Momentum catastrophicum (pág. 81).
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