El muchacho recuerda que ayer soñó con la difunta Mercedes
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 89).
El muchacho recuerda que ayer soñó con la difunta Mercedes
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 89).
A Pepín le divierte mucho este solterón de cincuenta y cinco años, con esos aires interpretativos de chico pistolero y sus salidas disparatadas.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 84).
La tirante Esperanza está enterrada en el cementerio de San Juan Despí.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 79).
La tirante Esperanza era una mujer muy chocante desde el primer momento,
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 78).
, allá en el lavabo de la casa más alejada del bar Los Cordobeses, al final del Paseo,
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 74).
Que tú hace dos días estabas viva, y ahora muerta.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 62).
Otra vez digo que los olores traen recuerdos.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 61).
Los olores traen recuerdos.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 59).
El esqueleto Federico está más frío que la difunta Mercedes.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 55).
A mi mujer, este año, se le ha disparado la gordura.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 54).
«Bendita la luz del día y el Señor que nos la envía con su caridad y amor que tan grande es».
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 50).
«O eres una mala sombra o me estoy volviendo loco».
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 49).
Cuántas lágrimas han brotado a lo largo de los tiempos.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 36).
Cualquiera entiende las cosas que pasan en la vida.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 23).