Hola, 2020.
Aunque espero que los meses
cinco (5) estrellas,
arranquen en abril,
ya tengo, de antemano,
el último medio año califificado con
cinco (5) estrellas.
Como diría mi niña Paz:
¡¡¡Feliz 2020 a tod@s!!!
Hola, 2020.
Aunque espero que los meses
cinco (5) estrellas,
arranquen en abril,
ya tengo, de antemano,
el último medio año califificado con
cinco (5) estrellas.
Como diría mi niña Paz:
Adiós, 2019, todavía estoy celebrando
la interjección «¡Eureka!» del día 30 de marzo.
Así ha quedado, finalmente, mi calendario:
Y así lo dejé en mi antiguo instituto,
donde impartí clase de Lengua castellana y Literatura
durante cinco (5) años consecutivos:
El homenaje a mi infancia,
con las filas de cincos,
dio paso a una anécdota, que, quizá,
a los superticiosos les dé que pensar.
Clic en el minuto 43 de la entrevista
que me hizo,
en octubre,
Alberto Martínez, de RNE:
A continuación, una foto de ayer.
Volví a cruzarme con la simpática
fila de cincos de la Gran Vía de Barcelona:
Ahora que estamos viviendo los últimos días del mes de agosto, que suelen coincidir con un período de vacaciones que llega a su fin, no viene mal levantar el ánimo. Y precisamente ahora, para levantar el ánimo generalizado, con el desvanecimiento de las vacaciones, que siempre son cortas, por muy largas que las tengamos, qué mejor que ver y oír el aliento de unos cantes, de unas letras preciosas, sentidas y penosamente pasionales de mi patria chica (y grande), recogidas desde unas voces tan dispares como Pepe Pinto, Juanito Valderrama y Camarón de la Isla.
Sucedió no hace muchos años, como producto de una apuesta con mi morenaza Verónica (siempre tendré por mía, muy dentro, una parte del color de su pelo). Tuve el vídeo colgado un tiempo. Ahora vuelve para levantar el ánimo en general, y, de forma particular, para celebrar el curso 2018-2019, que me promete mucho más que el que está pegando sus últimos coletazos.
La noche que luego le regaló el caprichoso juego de la lluvia deseada.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 56).
Pensó en el momento que la chica maravillosa lo abrazó con fuerza y le besó su repulsiva cara.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 55).
Dos de mis hijos, los varones, trepaban en los pinos de las laderas
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 96).
—¡Dale agua del Carmen! —expresa la tía de Andrés
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 38).
Cuando se baja los pantalones hasta las rodillas, una de las nenas se muestra insolidaria y abandona a su amiga cambiando de acera.
Fragmento perteneciente a
TRENZADO DE HOMICIDAS.
Rebasa al nota un par de metros, echa el freno de mano, deja el coche en marcha, empuña una navaja de la guantera, deja su portezuela abierta de par en par y se dirige hacia el nota abriendo la navaja.
—¿Tú acabas de pedirme un cigarro?
Fragmento perteneciente a TRENZADO DE HOMICIDAS.
—Dale agua al niño.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Cosa de tres» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 102).
—¡Ha dicho que se va a follar a su madre!
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Cosa de tres» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 98).
El bar y la calle combinaban una constante agitación de voces, de pasos sedientos.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Cosa de tres» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 95).
Los tres se reían de todo. Sin prisas, sin renunciar a la carcajada, ya con dolor de tripa,
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Cosa de tres» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 91).
Qué asco me dio pensar que otro cipote había hurgado por allí.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Síntomas» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 79).
A ver, a ver qué nuevas trae la Isa. A ver qué dice. A ver qué hace.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Síntomas» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 73).