Mi Quijote, nº 1

Tema Kobo. Uno de los capítulos de mi Quijote, traducido al castellano moderno, es hoy número 1 en ventas en Kobo, desde su plataforma de España, en kobo.es. Se trata del capítulo 22 de la primera parte, el capítulo de los galeotes.

Muchas gracias.

Mi Quijote

Mucho gusto. Y muchas horas. Y buenamente disponible está ya mi traducción del Quijote (es la primera que se hace).

 

El Quijote, casi a punto

¡Cuántas horas invertidas en la «traducción» del Quijote al castellano actual! Y qué placer. No se trata de la obra completa, sino de una selección: 20 capítulos y los dos prólogos de Cervantes. Para recordar una imagen del grueso, pongo todos los folios juntos en la siguiente fotografía:

Para que se tenga una idea del berenjenal en el que me he visto, de la diferencia entre el castellano antiguo y el moderno, cuelgo la foto de un folio característico del primer borrador:

Como es natural, las correcciones disminuyen en el segundo borrador:

Y el mayor gusto, al final del largo trayecto, con las páginas de la obra casi inmaculadas:

Más información en Don Quijote de la Mancha. Capítulos escogidos .
Posiblemente esté disponible en los próximos días.

Fin de 2010

Al último día del año le cuesta amanecer. Las ocho menos cuarto de la mañana, y ni un rayo de luz solar en la calle. Llovizna, no hace demasiado frío. Algunos goterones se ponen sonoros, vagos, muy vagos, al estrellarse en algunas techumbres de plástico, huecas, muy huecas, de los cuartos trasteros de los bajos. Con la pereza de un nene embobado, con el legañoso discurrir de un nene siempre en la luna, amanece el último día del año. Es un día lento, muy lento, como de puntillas. La llovizna ni siquiera deja agua en los cristales de las ventanas.

Fragmento perteneciente a DIETARIO EN RED 2009-2010

Sobre malos augurios, y sobre La Celestina

(…)

* * *

Una de las viejas portadas de La Celestina

Le contesto, básicamente, lo que sigue:

Muchas gracias por tu ofrecimiento. Como sabes, ya he entrado en la «traducción» de La Celestina. Es tan personal lo que estoy haciendo que, necesariamente, mi traducción tiene que ser distinta a la de otros filólogos. El motivo es sencillo: en todas las traducciones que aparecerán en Morfeo se aplicarán los mismos criterios de cambios morfosintácticos, tendrán la misma concepción literaria, independientemente del género de los textos. Y eso sólo puede conseguirse si el «traductor» es siempre la misma persona. Sé que la labor es ingente, pero también muy complaciente.

Fragmento perteneciente a DIETARIO EN RED 2009-2010