Se le quedó la mente en blanco tras la primera decena de puños como piedras.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 44).
Se le quedó la mente en blanco tras la primera decena de puños como piedras.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 44).
A esas horas de la noche era imposible que aquella muchachita isleña, de Tenerife, pudiera reparar en que la mirada de aquel hombre desgreñado le inyectaba el sereno amanecer de su pueblo azul.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 41).