Hola, 2020.
Aunque espero que los meses
cinco (5) estrellas,
arranquen en abril,
ya tengo, de antemano,
el último medio año califificado con
cinco (5) estrellas.
Como diría mi niña Paz:
¡¡¡Feliz 2020 a tod@s!!!
Hola, 2020.
Aunque espero que los meses
cinco (5) estrellas,
arranquen en abril,
ya tengo, de antemano,
el último medio año califificado con
cinco (5) estrellas.
Como diría mi niña Paz:
Adiós, 2019, todavía estoy celebrando
la interjección «¡Eureka!» del día 30 de marzo.
Así ha quedado, finalmente, mi calendario:
Y así lo dejé en mi antiguo instituto,
donde impartí clase de Lengua castellana y Literatura
durante cinco (5) años consecutivos:
El homenaje a mi infancia,
con las filas de cincos,
dio paso a una anécdota, que, quizá,
a los superticiosos les dé que pensar.
Clic en el minuto 43 de la entrevista
que me hizo,
en octubre,
Alberto Martínez, de RNE:
A continuación, una foto de ayer.
Volví a cruzarme con la simpática
fila de cincos de la Gran Vía de Barcelona:
El ciclo del mar, o de la Costa Dorada, tiene fecha. Todo arrancó el 5 de diciembre de 2018, en vísperas del puente de la Constitución, o de la Purísima. Veamos fotos por orden cronológico:
2. Literalmente, luz al final del túnel (foto llamada a obtener categoría de símbolo).
3. En la Costa Dorada, en Tarragona. Respirando la sal fresca del mar.
4. De regreso a Barcelona, por Sitges, dejando atrás la Costa Dorada. “El mar. La mar. / El mar. ¡Sólo la mar!”, dijo Rafael Alberti. Como vemos aquí, el mar puede ser tan bello como temible. Quedémonos con su belleza, sin perder de vista su parte devastadora.
La paupérrima densidad nocturna del bar California parecía café aguado.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 137).
El viejo profesor, tras cinco días completos y consecutivos de fiesta, llega a la conclusión de que está algo confuso. Es un domingo de madrugada cuando entra en su casa del extrarradio de Barcelona. Le parece mentira encontrarse ya a día 11 de diciembre de 2011. Los días vuelan mucho más veloces que antes. Enciende una estufa eléctrica, su estufa de toda la vida. Se sienta en su sofá, su sofá de toda la vida.
Fragmento perteneciente a las memorias noveladas de la serie El viejo profesor