Mi madre. Sólo recuerdo un fragmentario sonido de su voz. Una voz sin palabras.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Mataperros» , del libro Cuentos agrios (pág. 68).
Mi madre. Sólo recuerdo un fragmentario sonido de su voz. Una voz sin palabras.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Mataperros» , del libro Cuentos agrios (pág. 68).
Yo intento patalear, golpear, escurrirme de aquella masa apisonadora. Y no me canso de repetirle, histérica, que me quiero marchar.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Doce campanadas de cálido carmesí» , del libro Cuentos agrios (pág. 59).
El hombre semejaba humo, una llama recién apagada.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Entre dos fuegos» , del libro Cuentos agrios (pág. 15).
Cualquiera lo diría, siempre encuerada en mi casa
Fragmento perteneciente al relato titulado
«En un rincón oscuro» , del libro Relatos del fuego sanguinario y un candor (pág. 49).
Ayer, en una clase sulfurosa, el nene de 4º de ESO que la semana pasada, durante un examen, estiraba el cuello como una jirafa en busca de las respuestas de su compañera de delante, un nene que labora tanto como larga tiene la lengua, me dijo lo que sigue:
—¡Tú pones negativos porque te sale de los cojones!
Hay que ver. Mis cojones, en bandolera, en medio de una clase. Qué risa. Sin embargo, el nene tuvo que salir expulsado en nombre de la pedagogía. Se fue con su inmensa carga de arrogancia intacta, rojo como una brasa, envenenado de cólera.
Fragmento perteneciente a DIETARIO EN RED 2009-2010
Estoy muy desconcertado. A lo mejor pido asistencia psicológica.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Síntomas» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 81).
Todavía conservaba los tirabuzones que le hizo el otro en el pelo con los dedos.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Síntomas» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 74).
—¿Tomáis bien?
—Sí, perfecto.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «El itinerario» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 66).
El yanqui pillaba al vuelo algunas palabras que lo estremecían. El yanqui no era estúpido. El yanqui no era de piedra.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «El itinerario» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 62).
—¿Te gusta cargarte españoles?
—Yes, sí, claro. Como todo el mundo.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «El itinerario» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 61).
—¿Un yanqui? ¿Corrobore? ¡Hijoputa! ¿Corrobore? ¡A mí me hablas bien!
Satán obtuvo como respuesta la desconexión de la línea, con esos pitidos tan ajenos y cortantes,
Fragmento perteneciente al relato
titulado «El itinerario» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 51).
Cae la torre. Estoy muy excitado. Parezco un personaje de Tarantino.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Sobre los escombros» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 44).
Se ríen una y otra vez. Si saliera por patas me pillarían a los cinco pasos. Tengo la sensación de que todo me importa una mierda:
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Sobre los escombros» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 43).
Robert de Niro me ha hecho vibrar, como en los viejos tiempos. Se encienden las luces del cine. Este resplandor
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Sobre los escombros» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 40).
La distingo. No puede ser. Me divisa con un gesto muy severo. Yo diría que me maldice. El hecho es evidente.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «El fragor de la sangre» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 27).
No hallaba la postura adecuada refugiado dentro del abrigo. Los cascajos del escalofrío siempre alcanzaban su hueco, estremeciéndolo.
Fragmento perteneciente al relato
titulado «Un puzzle gris» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 12).
Oye, Inkisidor, ni siquiera respetas a tu madre fallecida. (…)
Texto perteneciente a la novela titulada CALIENTE (pág. 63).
Nota del autor:
Vuelvo a recordar que todos los mensajes de la novela dirigidos a personas, tanto con seudónimos como con nombres propios, se reprodujeron en el ámbito de la realidad. Se dirigieron a personas de carne y hueso. Muchas conocidas; otras, en la máscara de un seudónimo. Vuelvo a recordar que buena parte de esta novela se asienta en lo que más o menos se denomina «interacción multimedia on-line».
(…)
Vale, comentaristas, hijos de la grandísima. Intentáis comerme viva. Que si soy una soberbia, que si eskribo como (…)
Texto perteneciente a la novela titulada CALIENTE (pág. 57).
Nota del autor:
La fotografía del coño es la fotografía original que apareció en el dominio www.pazvegalopez.com. Vuelvo a recordar que todos los mensajes que vertió mi niña Paz, se dirigieron a personas reales, no de ficción; y que debido a ello, y como diría Miguel de Unamuno, Paz Vega López es el único personaje de la literatura española que consiguió saltar a la realidad, logrando apasionar, tanto en positivo como en negativo, no sólo a personas anónimas, sino a catedráticos de Universidad, periodistas, escritores reconocidos, intelectualidad varia, el único motivo de que estos seres aparezcan en el libro, evidentemente. Una última anécdota. Permítanme exhibir unas palabras que don Miguel de Unamuno hubiera pronunciado si hubiera sido contemporáneo de mi niña Paz y no hubiera fallecido en 1936 con los pies más que calentones:
—Paz Vega López hizo realidad una de mis más rabiosas obsesiones literarias. Enhorabuena.
Un reto literario. Dejo aquí todo lo ocurrido, el otro día, en el blog de Arcadi.
(…)
Texto perteneciente a la novela titulada CALIENTE (pág. 47).
Nota del autor:
Estos mensajes fueron reales. Son el único motivo por el que estas personas aparecen en el libro.
Las amenazas… En uno de mis relatos, en Doce campanadas de cálido carmesí, de Cuentos agrios, aparecen seis amenazas.
Fragmento perteneciente al libro Dietario en Red 2009-2010
Nota del 5 de febrero de 2009.
Por cortesía laboral, y para Internet, esta estradilla queda casi completamente borrada.
Ni ya me dirá usted algo, ni ya me dirá usted alga, el sargazo viscoso y pegajoso que podría oler a podrido y sólo es mera anécdota.
Entradilla inicial. Texto de DIETARIO EN RED 2004-2006
Palabras destempladas con el jefe de compras de una cadena librera barcelonesa. Avisado está el tipo, tan chulazo, de que pertenece a las memorias de Morfeo, de que la tiranía de lo suyo es algo que saldrá publicado a su debido tiempo.
Entradilla inicial. Texto de DIETARIO EN RED 2004-2006
Vista la película Factotum, de Bent Hamer, con Matt Dillon y Lili Taylor, basada en algunos relatos de la obra narrativa de Charles Bukowski.
Entradilla inicial. Texto de DIETARIO EN RED 2004-2006
¡La hostia! Se conoce que al periodista Arcadi Espada le dieron un buen hostión en la cabeza, concretamente en la nuca. Hoy he leído el suceso en un artículo de La Vanguardia.
Entradilla inicial. Texto de DIETARIO EN RED 2004-2006
Después de tan largo paréntesis, no puedo dejar de echar la vista atrás, al insólito acontecimiento del pasado miércoles, día 26. El asunto se relaciona con una jaula de gorgonas: la clase de 3º C.
El rugido de la rapiña, durante los cinco primeros minutos, era el habitual. Ladeé la vista y descubrí a un profesor de guardia que introducía en el aula a cuatro o cinco alumnos rezagados adrede. Rutina.
—No os agrupéis en la puerta —le dije al amasijo demorado, hispano.
Un par de segundos después hube de levantarme a la carrera. Tuve que interponerme entre el profesor de guardia y uno de los alumnos. Se habían enganchado.
Entradilla inicial. Texto de DIETARIO EN RED 2004-2006
Que un señor desconocido te mande a tomar por culo por la mañana temprano, a una hora escasa de haber formado parte de la lasitud y el silencio de las sábanas de tu cama, no es una manera de empezar bien la mañana.
Entradilla inicial. Texto de DIETARIO EN RED 2004-2006