—¡Sé lo del mal de ojo, putasquerosa!
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 94).
—¡Sé lo del mal de ojo, putasquerosa!
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 94).
Los dos empleados mantuvieron sujeta, en todo momento, a la vieja prostituta, que desprendía espumarajos cada vez que abría la boca.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 93).
Yo intento patalear, golpear, escurrirme de aquella masa apisonadora. Y no me canso de repetirle, histérica, que me quiero marchar.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Doce campanadas de cálido carmesí» , del libro Cuentos agrios (pág. 59).
mientras el plomo le silbaba por encima de su cara
Fragmento perteneciente al relato titulado
«El indiano Zacarías» , del libro Relatos del fuego sanguinario y un candor (pág. 39).