Martín se lleva la mano a la frente. Está sudando como un becerro, como un gladiador en el circo, como un cerdo en la matanza.
-¡Ay!
Dos pasos más.
Martín empieza a pensar muy deprisa.
-¿De qué tengo yo miedo? ¡Je,je! ¿De qué tengo yo miedo? ¿De qué, de qué? Tenía un diente de oro. ¡Je,je! ¿De qué, de qué? A mí me haría bien un diente de oro. ¡Qué lúcido! ¡Je,je! ¡Yo no me meto en nada! ¡En nada! ¿Qué me pueden hacer a mí si yo no me meto en nada? ¡Je,je! ¡Qué tío! ¡Vaya un diente de oro! ¿Por qué tengo yo miedo? ¡No gana uno para sustos! ¡Je,je! De repente, ¡zas!, ¡un diente de oro! «¡Alto! ¡Los papeles!». Yo no tengo papeles. ¡Je,je! Tampoco tengo un diente de oro. ¡Je,je! En este país, a los escritores no nos conoce ni Dios. Paco, ¡ay, si Paco tuviera un diente de oro! ¡Je,je! «Sí, colabora, colabora, no seas bobo, ya darás cuenta, ya…». ¡Qué risa! ¡Je,je! ¡Esto es para volverse uno loco! ¡Este es un mundo de locos! ¡De locos de atar! ¡De locos peligrosos! ¡Je,je! A mi hermana le hacía falta un diente de oro. Si tuviera dinero, mañana le regalaría un diente de oro a mi hermana. ¡Je,je! Ni Isabel la Católica, ni la Vicesecretaría, ni la permanencia espiritual de nadie. ¿Está claro? ¡Lo que yo quiero es comer! ¡Comer! ¿Es que hablo en latín? ¡Je,je! ¿O en chino? Oiga, póngame aquí un diente de oro. Todo el mundo lo entiende. ¡Je,je! Todo el mundo. ¡Comer! ¿Eh? ¡Comer! ¡Y quiero comprarme una cajetilla entera y no fumarme las colillas del bestia! ¿Eh? ¡Este mundo es una mierda! ¡Aquí todo Dios anda a lo suyo! ¿Eh? ¡Todos! ¡Los que más gritan se callan en cuanto les dan mil pesetas al mes! O un diente de oro. ¡Je,je! ¡Y los que andamos por ahí tirados y malcomidos, a dar la cara y a pringar la marrana! ¡Muy bien! ¡Pero que muy bien! Lo que dan ganas es de mandar todo al cuerno, ¡qué coño!
Martín escupe con fuerza y se para, el cuerpo apoyado entre la gris pared de una casa. Nada ve claro y hay momentos en los que no sabe si está vivo o muerto.
Martín está rendido.
Fragmento perteneciente a la novela de Camilo José Cela, La colmena (pág. 207).
Escritos míos donde aparece Camilo José Cela: