El trepidante verano era menos verano en esos momentos.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Después del sueño» , del libro Cuentos agrios (pág. 23).
El trepidante verano era menos verano en esos momentos.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Después del sueño» , del libro Cuentos agrios (pág. 23).
Las pestañas de férreo luto se condensaban en unas cuantas fracciones que concluían en una afilada punta.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Después del sueño» , del libro Cuentos agrios (pág. 22).
Ella pensaba que era disminuida. Todas las mañanas, al abrir por primera vez sus ojos de luto, ella pensaba que era disminuida, disminuida psíquica o algo así, pero sólo un poco.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Después del sueño» , del libro Cuentos agrios (pág. 21).