—Sólo son tres locos más de los que hay por ahí, con muchas ganas de armar cizaña —afirmó Salvador por suavizar el carraspeo de la situación creada.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 142).
—Sólo son tres locos más de los que hay por ahí, con muchas ganas de armar cizaña —afirmó Salvador por suavizar el carraspeo de la situación creada.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 142).
El individuo yacía sobre las escaleras, en un estado de incuestionable agonía.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 133).
Su respiración despedía vaharadas de pánico. Se fijó en la puerta del recibidor.
Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 78).
Mi madre. Sólo recuerdo un fragmentario sonido de su voz. Una voz sin palabras.
Fragmento perteneciente al relato titulado
«Mataperros» , del libro Cuentos agrios (pág. 68).