Un taxista de Nueva York, Ryan Weideman, ha tenido una iniciativa estupenda. Una iniciativa que le duró unos cuarenta años. Nada menos. Fotografió a la variopinta gente que se le sentaba en el asiento de atrás. Menuda fauna. Muy interesante.

En un taxi. Fijaos bien: hay una serpiente.

En un taxi. Posando sexy.
Vía La Vanguardia.