Los relámpagos del aire, por un instante, conceden la claridad del día a todo lo que se ciñe en el Paseo y alrededores.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 168).
Los relámpagos del aire, por un instante, conceden la claridad del día a todo lo que se ciñe en el Paseo y alrededores.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 168).
Pepín, el camarero trasnochado
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 167).
sale por pies, despavorida, ante la imprevista avalancha de granizos como piedras
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 150).
Tiene las marcas de su silla señaladas en el culo.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 147).
—Sardinasenadobo, boqueronesenvinagre —dice—, callosbravaspinchos, caracolesgordosypequeños.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 134).
Reconozco que me estoy acojonando. Las palabras de esta chica contienen ciertas inclinaciones sobrecogedoras.
Fragmento perteneciente a
TRENZADO DE HOMICIDAS.