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La maldad infantil, una dentellada que se mantiene incólume a lo largo de los siglos, y que en el siglo XXI se desarrolla mucho menos autorreprimida. Yo he escrito historias en las que la maldad infantil se refleja como tentáculo dominante. A bote pronto recuerdo un par: Cosa de tres, de Trenzado de homicidas; y Temblor de invierno, de Cuentos agrios. Y lo que me queda…
Fragmento perteneciente al libro Dietario en Red 2009-2010