Personalidad tipo

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Qué asquito dan. Y qué pronto les vi el plumero. El hombre es irascible, un hombre incapaz de sonreír, con un torbellino de oscuridad oculta. Es, con todo el contenido de su acritud, una mala sombra.  La mujer es picajosa, una mujer de mirada severa, que responde a la amabilidad con púas, una mujer de huesos eléctricos y pelo pintado. Ambos repercuten en mi vida como la mierda fugaz que, aplastada, siempre despreciada, se cruza en nuestro camino. Qué gran delicia es saber lo que son: una descomunal eventualidad, una mísera gota en el inmenso río de una vida.

Delante de Jesucristo

La maté a traición, Señor, y si no hubiera conseguido matarla lo volvería a intentar.

Fragmento perteneciente al relato titulado
«La confesión» , del libro Cuentos agrios (pág. 29).

Boquiabierto frente a un vídeo

Gracias a la visita al blog de Horrach, redescubro un vídeo que recordaba muy vagamente.

Así que recibo las primeras horas de la noche del martes, con unas copas, como hipnotizado viendo el vídeo, escuchando a Enrique Morente, metido en el sentido de Federico García Lorca.  El vídeo lo hizo Víctor Sarabia, y está musicado, como digo, por Enrique Morente, que falleció hace bien poco (a su hija la escucho a menudo), y por Lagartija Nick, con letra, como digo, perteneciente a Federico García Lorca, al poema «Ciudad sin sueño», de Poeta en Nueva York.

Pensar y babear es posible: