-Contestar a un artículo o a un libro que ataca o defiende una teoría, diciéndole al autor que es jorobado o que su mujer le engaña, me parece muy aldeano, muy tonto (…)
-Pero usted quiere ver la literatura como si no tuviera actualidad, como si ya hubiera pasado en la historia o no hubiera en ella pasiones.
-Yo creo que es lo más cómodo, lo mejor y lo más verdadero.
-Pues de ahí nace mucha de la antipatía que tienen contra usted. Es usted un traidor al gremio.
-¿Usted lo cree así?
-Claro que así lo creo.
-Puede que sí. ¡Qué le vamos a hacer! Yo no he tenido una postura pensada ante el público, porque creo que no valía la pena. Hace poco algún simpatizante me ha mandado dos o tres números de la Gaceta Literaria, de Giménez Caballero, y en uno de ellos hay una nota de un profesor belga, Lucien Paul-Thomas, que escribió algo sobre mí, y al final de la nota dice: «Parece ser que Baroja, tanto en Bélgica como en Holanda, dejó atrás una impresión hermética, banal». ¿Y para qué iba a dejar otra impresión? No era cosa de andar con una chaqueta roja, con melenas o con una cacatúa en el hombro.
-Usted exagera, pero algo hay que dar al público.
-Yo creo que si el público no da nada, hay que contestar haciendo lo mismo.
-Así le tendrán antipatía.
-Es igual. Esto no influye en la vida. Yo me creo hombre, no digo que de mérito, pero sí de cierto carácter y de tesón. Decidirse, como me decidí yo, a ser sólo novelista, sin empleo ni medios de fortuna, si se considera desde cierto punto de vista tiene su mérito. Yo estaba convencido de que no encontraría apoyo en ninguna parte y de que no ganaría apenas para vivir. Fuera de esto, lo único que me hubiera gustado hubiera sido hacer un trabajo científico; pero esto era más difícil aún. Por otros caminos no encontré nada.
Fragmento perteneciente al libro de Pío Baroja, Bagatelas de otoño (pág. 18).
Escritos míos donde aparece Pío Baroja:
Dietario en Red 2004-2006
Dietario en Red 2007-2008
Articulismo formal
Mi cuaderno gris