La gloriosa erección, según Manuel Vicent

Movido por el afán de la precisión del adjetivo, que Josep Pla manejaba magistralmente, y leyendo uno de los periódicos atrasados que acumulo en el quemadero, me pongo a averiguar el grado de precisión de un adjetivo colocado por Manuel Vicent, en El País. Manuel Vicent califica de «gloriosa» la erección que mantienen en un posado fotográfico los filósofos Friedrich Nietzsche y Paul Rée, junto a la preciosa Lou Andreas-Salomé, quien no solo merece a su alrededor una gloriosa erección, sino miles. Aquí tengo remarcado en rojo las llamativas líneas de Manuel Vicent, escritor valenciano, una de las últimas sonrisas que actualmente escriben en los periódicos.

Recorte del artículo de Manuel Vicent
Como internet lo contiene todo, incluso la piedra filosofal, si se rebusca como en una escombrera, puesto que el destino premia a los humildes; como internet lo contiene todo, digo, me puse a buscar, con cierta ansiedad, la confirmación de que Friedrich Nietzsche, bastante famoso por su teoría filosófica del «superhombre», maridaba a la virtud idealista del superhombre un correspondiente plano físico de supercojones. Encontré la fotografía, y la decepción no pudo ser más profunda, puesto que me llevó a ella la estupenda adjetivación de Manuel Vicent, en este caso fallida. Aquí está la fotografía.

Friedrich Nietzche, Paul Rée y Lou Andreas-Salomé, desnudos
La erección de Paul Rée es tan mínima que ni se aprecia como tal, y la erección de Friedrich Nietzsche, absolutamente alejada de Príapo, es tan vulgar como deslucida. Puesto que las gloriosas erecciones miran al techo, no hacia el frente, la de Friedrich, o hacia el suelo, que ya resultan patéticas, por lo que tienen de capa caída. Un consejo: si usted desea conocer una gran variedad de erecciones, con nombre, vaya usted a mi CALIENTE.

Otro consejo: si usted desea poseer una gloriosa erección, digiera usted una comida diaria como lo hacían vuestros abuelos en sus pueblos. O sea, coma usted comida de pueblo. No importa de qué pueblo. Verá usted cómo al cabo de unos meses el glande de su erección saluda al cielo. Doy fe de ello.

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