A Pepín le divierte mucho este solterón de cincuenta y cinco años, con esos aires interpretativos de chico pistolero y sus salidas disparatadas.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 84).
A Pepín le divierte mucho este solterón de cincuenta y cinco años, con esos aires interpretativos de chico pistolero y sus salidas disparatadas.
Texto perteneciente a la novela titulada EL PASEO DE LOS CARACOLES (pág. 84).