De nuevo los tanteos y escurribandas acerca de la política lingüística catalana, como esos gallos que picotean el suelo en busca de bichitos y granos imprevistos. El hastío y una reconcentrada y provocada mueca estupefacta me llevan a mirar hacia atrás.
Fragmento inicial del artículo «Asuntos grotescos», perteneciente al libro Articulismo formal (pág. 25, Morfeo Editorial, Barcelona, junio, 2020), ya en preventa.
Cuando algunas noches se me cruza la luna por los ojos, vislumbro en ella, según la órbita de su inclinación, escalonadas fraguas con manchas de pulmones ahogados en agua. Entonces recuerdo los destellos de numerosas imágenes regaladas, multitud de olivares, higueras, juncos afilados llenos de pasiones rojas, limo y matas de pelo.
Fragmento inicial del artículo «Centenario», perteneciente al libro Articulismo formal (pág. 19, Morfeo Editorial, Barcelona, junio, 2020), ya en preventa.
«Centenario», ABC, 05/06/1998. A los cien años del nacimiento de Federico García Lorca
Ya está a la vista el quinto de mis viejos artículos de ABC: «Asuntos grotescos».
El fondo es triste, de cabeza gacha y resignación. Subrayo estas palabras de Federico García Lorca: «Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos».
Acaba de salir, como cada domingo, hacia las once de la mañana, uno de mis viejos artículos, en https://www.facebook.com/morfeoeditorial/. Hoy podemos leer el titulado «Centenario», publicado en el diario ABC el día 5 de junio de 1998, el mismo día en que nació Federico García Lorca. Fue mi homenaje a García Lorca, en el centenario de su nacimiento. Al refrescar su contenido, me ha sorprendido ver que, hace tantísimos años, ya tuviera a Lorca tan cercano, exactamente como hermano y compañero. Visto con perspectiva, es natural que ese arraigo mío, casi genético, en Lorca, desembocara en el trabajo literario que, pronto, cualquier lector podrá comprobar. La palabra clave es “fusión”.
El lazo que me une a Federico García Lorca es muy curioso. Es tan curioso que llegará el momento de que sea absolutamente visible, y de que yo lo tenga que contar extendiéndome más. El poema fotografiado a continuación es suyo (las anotaciones con rotulador rojo son mías).
Se trata de un poema que se le quedó suelto al poeta. Se titula Madrigal apasionado. Que yo sepa, solo ha sido publicado en dos ocasiones, y las dos ocasiones en el suplemento literario del diario ABC. Yo lo recojo en la revista Fogosa Miscelánea, disponible en ebook, en distintas plataformas, y también en papel, solo en Amazon. En la fotografía de Lorca que incluyo aquí, se homenajea el 120 aniversario de su nacimiento. Fue el pasado 5 de junio. Ese mismo día, en 1998, el diario ABC publicó un artículo mío, de homenaje a Lorca, titulado «Centenario». El poeta, aquel día, hubiera cumplido 100 años de edad.
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Sinopsis de Fogosa Miscelánea:
Esta revista nace con el objeto de promocionar el uso del registro literario de la lengua en obras literarias. Podría parecer un contrasentido, pero no es así. Desde la década de los ochenta del siglo pasado, las publicaciones de obras literarias en cantidades industriales son un hecho que se constata de manera evidente. A día de hoy, casi tres décadas después, como consecuencia de esto, el uso lingüístico habitual de las obras literarias publicadas en España utiliza el registro informativo de la lengua, no el registro literario. De aquí a poder decir que las obras literarias publicadas en España son una ordinariez, solo hay un paso. Ordinariez en el sentido de cotidiano, habitual, común, rutinario, sin signos distintivos, sin estilo. Al surgir la palabra estilo es inevitable que me acuerde de las figuras estilísticas, o retóricas, que aparecen en todos los manuales de Lengua castellana de la enseñanza secundaria que tenemos. Los ejemplos de determinadas figuras estilísticas solo se ciñen en autores nacidos antes de mediados del siglo XX, partiendo de autores grecorromanos. Es natural. Y también es un ejemplo de pobreza, de ausencia de referentes contemporáneos, anunciando estilo literario, entre nuestros estudiantes con edades comprendidas entre los doce y los diecisiete años. Y estos estudiantes son el futuro.
El contenido es el siguiente:
Luces de bohemia (teatro), de Ramón María del Valle-Inclán.
Madrigal apasionado (poesía), de Federico García Lorca.
Curva menguante (narrativa), Contra la independencia de Cataluña (artículo de opinión), En la tumba de Camilo José Cela (crónica literaria), León (crónica de viajes), Cementerio de las moreras, Barcelona (crónica social y política), de Antonio Gálvez Alcaide.
La crónica «Cementerio de las moreras, Barcelona» incluye un reportaje fotográfico partiendo de enlaces, que son directos en formato digital. En formato papel, las direcciones de estos enlaces se presentan, ordenadas, en la sección Apéndice.
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Sinopsis del «suplemento» de Fogosa Miscelánea:
Esta edición de LUCES DE BOHEMIA, de Antonio Gálvez Alcaide, es un homenaje a la obra y a su autor, Ramón María del Valle-Inclán. Un homenaje que coloca a Valle-Inclán, fallecido en 1936, en el mismo tratamiento que reciben los escritores vivos, contemporáneos, en el momento de ser publicados por primera vez. Por ello, se presenta LUCES DE BOHEMIA en una flamante edición de 14 cm por 21,60 cm, con una imagen de portada, titulada «Noche en vela», del genial pintor Edvard Munch. Del mismo modo, se presenta el texto sin prólogos ni estudios críticos, exactamente como suelen aparecer las novedades literarias de los escritores vivos. Y todo, a un precio irrisorio, casi de coste. Es un bonito modo de homenajear a Valle-Inclán, y de constatar la evidencia: Ramón María del Valle-Inclán, con su obra literaria, sigue tan fresco, tan actual como cualquier escritor vivo. LUCES DE BOHEMIA es un clásico. Trata el último día de vida de Max Estrella, un viejo escritor, ciego, que vive prácticamente en la miseria, junto a su mujer y su hija, «en un Madrid absurdo, brillante y hambriento». Esta obra, cuya acción se desarrolla a principios del siglo XX, presenta cinco ahogos: el social, el político, el moral, el económico y el literario. Lamentablemente, estos ahogos son casi un trasunto de los ahogos que están marcando la España actual, un siglo después. Todo un aviso.
Fragmento de su Presentación: «Esta revista nace con el objeto de promocionar el uso del registro literario de la lengua en obras literarias. Podría parecer un contrasentido, pero no es así. Desde la década de los ochenta del siglo pasado, las publicaciones de obras literarias en cantidades industriales son un hecho que se constata de manera evidente. A día de hoy, casi tres décadas después, como consecuencia de esto, el uso lingüístico habitual de las obras literarias publicadas en España utiliza el registro informativo de la lengua, no el registro literario. De aquí a poder decir que las obras literarias publicadas en España son una ordinariez, solo hay un paso. Ordinariez en el sentido de cotidiano, habitual, común, rutinario, sin signos distintivos, sin estilo. Al surgir la palabra estilo es inevitable que me acuerde de las figuras estilísticas, o retóricas, que aparecen en todos los manuales de Lengua castellana de la enseñanza secundaria que tenemos. Los ejemplos de determinadas figuras estilísticas solo se ciñen en autores nacidos antes de mediados del siglo XX, partiendo de autores grecorromanos. Es natural. Y también es un ejemplo de pobreza, de ausencia de referentes contemporáneos, anunciando estilo literario, entre nuestros estudiantes con edades comprendidas entre los doce y los diecisiete años. Y estos estudiantes son el futuro». El contenido es el siguiente: Luces de bohemia (teatro), de Ramón María del Valle-Inclán. Madrigal apasionado (poesía), de Federico García Lorca. Curva menguante (narrativa), Contra la independencia de Cataluña (artículo de opinión), En la tumba de Camilo José Cela (crónica literaria), León (crónica de viajes), Cementerio de las moreras, Barcelona (crónica social y política), de Antonio Gálvez Alcaide. La crónica «Cementerio de las moreras, Barcelona» incluye un reportaje fotográfico partiendo de enlaces, que son directos en formato digital. En formato papel, las direcciones de estos enlaces se presentan, ordenadas, en la sección Apéndice.
Ya está disponible,
para todo el mundo (literalmente), mi REVISTA FOGOSA MISCELÁNEA.
No hay que perderse la combinación García Lorca | Valle-Inclán
Más información, AQUÍ (o haciendo clic en la imagen).
Portada del número 1 de la REVISTA FOGOSA MISCELÁNEA
Sorprendente anécdota, hoy, en una de mis clases de 1º de ESO. Menciono a una alumna para que corrija un ejercicio. En el instante de pronunciar su primer apellido, Lorca, noto una descomunal corazonada. Inevitablemente le hago la pregunta que me pide el cuerpo:
—¿Tienes algo que ver con el poeta granadino?
—No —contesta la muchacha sin titubear.
Empieza a corregir su ejercicio. Termina su ejercicio, sin fallos, y le hago a la muchacha la aclaración que me pide un cuerpo todavía no satisfecho:
—Te pregunté antes lo de Lorca porque el poeta granadino tiene una sobrina que se parece mucho a ti. Es la que actualmente preside la Fundación Federico García Lorca.
—Bueno… —dice la muchacha, frente a unas orejas mías que se ensanchan—, mi abuelo era pariente muy lejano.
—Pues que sepas —le digo a la muchacha algo encendido, tal vez ligeramente emocionado— que Federico García Lorca, según mi gusto, y sobre gustos no hay nada escrito, es el poeta más sensible que ha dado la historia de España.
Gracias a la visita al blog de Horrach, redescubro un vídeo que recordaba muy vagamente.
Así que recibo las primeras horas de la noche del martes, con unas copas, como hipnotizado viendo el vídeo, escuchando a Enrique Morente, metido en el sentido de Federico García Lorca. El vídeo lo hizo Víctor Sarabia, y está musicado, como digo, por Enrique Morente, que falleció hace bien poco (a su hija la escucho a menudo), y por Lagartija Nick, con letra, como digo, perteneciente a Federico García Lorca, al poema «Ciudad sin sueño», de Poeta en Nueva York.
A ver quién se ha librado alguna vez del pretendido veneno de las palabras irreverentes. Nadie. Ni Dios desde su sagrada palabra indirecta en el Viejo Testamento, que tantos conocen. Ni Cristo desde su sagrada palabra indirecta en el Nuevo Testamento, que tantos conocen. Ni siquiera los santos, desde sus palabras volanderas, que por volanderas no tantos conocen.
Publicado bajo el epígrafe de Artículos dominicales, en Dietario en Red, el 1 de noviembre de 2009
Estoy frente a la casa donde vivieron mis padres, la casa de mi abuela mama Antonia. Está situada en la calle Federico García Lorca, bonito nombre, en el número 6, que se desvía en perpendicular, pues corresponde a lo que queda de la desaparecida calle El Pardito.
Qué gran visita acabo de hacer. Frente a la obra del pintor cordobés, me he acordado mucho de la obra del poeta granadino. Acabo de respirar cierto aliento lorquiano.
Ahora que empiezo a entrever la pesada carga de la responsabilidad adulta, no dejo de recordar mis determinantes quince años, las lecturas frenétikas de aquella época y el nabo enorme de mi profe de Lengua, aquel profe loko y brillante del que no he vuelto a saber absolutamente nada.
Texto perteneciente a la novela titulada CALIENTE.
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