El solitario en formato papel

Dada la imparable reedición de mi obra
de hace una década, en formato papel,
ahora aparece El solitario
Volumen: 14 x 21,5 cm.
Tiene 194 páginas.

La cubierta de la reedición de EL SOLITARIO es distinta de la primera edición en papel

Portada de la novela EL SOLITARIO.

En el número 57 de la calle Escudellers, de Barcelona, vive Salvador, un hombre enfermo y huidizo que arrastra una tragedia personal. De forma inexplicable, su vida empieza a tener paralelismos con la vida de Jesucristo. Rompiendo su terrible soledad aparece Magdalena, una mujer que vive en el famoso barrio chino barcelonés y trabaja como dependienta en el mercado de la Boquería. Entre ellos se produce un amor tan profundo que la miseria de sus vidas se transforma en algo parecido a una constante cucharada de miel. El entorno de Salvador es muy limitado, el mismo que les corresponde a las personas solitarias. Su única relación, más allá de las puertas de su casa y de la irrupción de Magdalena, es la que mantiene con los vecinos de su rellano, que no pueden ocultar el portento que viven en cierta ocasión. Más allá del amor sin cortapisas, del choque entre el bien y el mal, de la denominada violencia de género, de la vida nocturna en la parte vieja de Barcelona, la gran quimera cristiana se convierte en algo tangible, demasiado hermosa para que sea perdurable. Y ante todo, Salvador y Magdalena; Magdalena y Salvador, una pareja inolvidable.

Estampa enmarcada de Jesucristo

Jesucristo

Se trataba de una enorme estampa enmarcada con la imagen de Jesucristo.

Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 162).

 

Una paloma verde

Una paloma verde

—¿Eres la paloma verde?

Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 122).

Jesús de Nazaret, muerto

Jesucristo, muerto

—Totalmente real —continuó Salvador—. Fue la mortaja de Jesús de Nazaret. Y en ella no sólo se aprecia ese rostro que veis, sino toda la silueta de su cuerpo, grabada a fuego.

Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 120).

El descubrimiento de un muerto

Se incomodó como si le hubieran propinado un pellizquito y exclamó:

—¡La cara de un muerto!

Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 119).

La lluvia de Barcelona

—¿Y quién eres tú para que la lluvia te haga caso? —preguntó Magdalena con un inconfundible tono de incredulidad, matizado por un hilo de incipiente divertimento.

Fragmento perteneciente a la novela titulada El solitario (pág. 105).

¿Fenómenos paranormales?

Formas extrañas

—¿La has visto?

Fragmento perteneciente al relato
titulado «El acoso» , del libro TRENZADO DE HOMICIDAS (pág. 114).