¡¡¡Me ha eskrito mi gran vaca Gálvez!!!
(…)
Hola, Paz. Qué dios ni
Texto perteneciente a la novela titulada CALIENTE (pág. 139).
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Nota del autor. Como vi que Iván Tubau estaba ya perdiendo literalmente la cabeza por mi niña Paz, un ente de ficción, un experimento literario que llevé con un secreto hermético, no tuve otro remedio que salir yo mismo como personaje, una vaca sagrada de la niña que no encontraría competencia en amores (así, supuse, se le bajaría un poco el encoñamiento al amigo Iván Tubau, un encoñamiento que me resultaba, a esas alturas, embarazoso).